sábado, 26 de marzo de 2011

Grande Pink Floyd, grande Roger Waters, grande la música




Me he acostado a las cuatro y media de la mañana y ya estoy levantado. Lo de estar despierto a esta hora un sábado es lo normal, lo de acostarme a esa hora no. Ayer, como os dijem desconecte de todo después del Hora-14. Regresé a mi juventud. Con mi hermano y mi cuñada nos fuimos a Madrid para ver a Roger Waters en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Gran recinto. Hicimos cola desde las siete. Hablamos con otros seguidores de Pink Floyd. A las siete y media abrieron puertas y antes de las ocho ya estábamos en la pista, a pocos metros del escenario. Vimos poco a poco como aquello, tan grande, se fue llenando. Entradas agotadas. Unos minutos después de las nueve y media empezó el show, el espectáculo, la película de Alan Parker,la música...
COmo me dice un amigo no se debe desvelar los detalles de una película por si alguien todavía no la visto. Hoy repite en Madrid y tiene dos conciertos más en Barcelona.
No fue un concierto, fue mucho más. Se interpretó, se escenificó, desde la primera nota hasta la última de muro. Se construyó, ante nuestro ojos, piedra a pìedra el muro. Perdimos de vista a los músicos tras él. No importó. Han pasado unas horas. Tomo conciencia de que hoy uno de los miles (supongo que muchos) que voy a poder contar que he visto y disfrutado de "El Muro" en directo. El muro, en la penúltima canción, cayó ante nosotros. Con su caída llegó el final del show. Cayó y entró en la legenda. Yo lo he visto, he visto sus imágenes de guerra, al profesor, a la madre, los martillos, las hoces, las bombas con los símbolos de las distintas civilizaciones, he cantado, gritado, bailado... Grande Pink Floyd, grande Roger Waters, grande la música.

Me voy a por el periódico. Vuelvo a la actualidad.

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