Escribo desde el chalet después de una buena siesta (os lo podéis creer o no pero entre semana nunca hago siesta y los domingos, si hay fútbol, tanmpoco), una siesta sentado. Me despierto otra vez con el dichoso "Sálvame", donde hablan de Rodríguez Menéndez. Para deprimirse.
La depresión me ha entrado esta mañana al leer la prensa y ver los resultados de las pruebas de los estudiantes españoles (según he leído en Valencia la Generalitat dijo que no se hicieran) de quince años en materias como matemáticas o comprensión lectora. Más que depresión te enrrabieta. No hemos sacado muy buenas notas. Uno se da cuenta de que la política importa. Yo soy de los de BUP, COU y selectivo. Nos les voy a contar ahora todos los cambios que han habido, cuántas asignaturas se han creado (quitándoles horas a otras) por motivos políticos pero parece, que al final, no nos sirven para mejorar sino para justo lo contrario. En un mundo global mis hijas competirán con otros jóvenes de otras comunidades y de otros países y al menos habría que pedir los políticos que la educación quedara al margen, que no dependiera tanto de que se pague el mejor colegio, el profesor particular, las extraescolares, el verano en el extranjero... Se trata de enseñar no de instruir (en el sentido de formar ciudadanos afines). Da pena.
Menos mal que al menos me queda mi grupo: Camel. Ayer llegó su último DVD (lo pidió mi hermano) de su gira de hace unos años. Su líder, Latimer, ha estado malito y por eso se ha retrasado. He visto solo un par de canciones. Lo mejor. Cuando llegue a casa me va a acompañar durante un buen rato.
Mañana se vuelve al trabajo y el viernes, pleno, pleno con la modificación de las ordenanzas fiscales en su orden del día.
No he montado el belén. Será el fin de semana. Esta mañana ha habido visita en casa. Hoy se ha hablaco más del Valencia de lo habitual en los informativos nacionales: han descubierto a Guaita.
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