Siempre hay un día de la Fira que decides tomarte las cosas con más calma y ese fue ayer. Por la mañana paso por el Reial, paso que me permite ver elegantes trotes de caballos y comprobar que lo de la cerveza artesanal gana adeptos. Escucho al concejal de feria Ramón Vila decir que el año que viene habrá cambios, por aquello del cambio de "director", de concejal delegado. Por la tarde acudo al teatro infantil. Actúa Miguel Pino y su "Peneque". Se nota. Se agotan las sillas. Es la estrella de la Fira. La peque dejó su silla y se fue a la estatua para "verlo mejor". Vila apunta un cambio de escenario para el año que viene. El calor sigue siendo el rival a batir.
Por la noche, cena con amigos y luego, a casa. No pasé por la Murta, ni por el Real, ni por la plaça del Mercat. Día de descanso. Cuando llegué a casa me dio tiempo a ver el gol del empate del Madrid y luego el gol de Messi y el nuevo y repetitivo espectáculo que se da en cada Barça-Madrid. La peque llegó a casa (se fue con su tío) con un maletín médico. Me dijo que había subido al "dragón grande". No se quería ir a dormir. La mayor llegó un poco más tarde, normal.
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