Primer partido del año, con los habituales en la grada. Peris, con muletas. Sergio Heras, con molestias en el gemelo toda la semana y con fiebre (según lo explicado en la rueda de prensa posterior), defensa con Rifa y Alcázar como laterales que, con la sustitución de Heras, ha acabado con un único defensa específico, Mendoza. Victoria justa de l’Hospitalet en la Murta. Como conjunto fue mejor técnicamente que los locales y además algunos de sus jugadores, con su juego individual, fueron determinantes. Se ha repetido muchas veces esta veces la misma imagen: nosotros intentamos quitarles el balón y ellos no lo pierden, y cuando lo tenemos nosotros no acertamos en ese pase.
Primeros minutos igualados. Si bien el equipo catalán empezó a demostrar que podía mover bien el balón en la Murta, el Olímpic, con mucho esfuerzo y presión, mantuvo el mejor juego del rival. L’Hospitalet solo disparó a puerta en esta media hora desde lejos. El Olímpic lo intentó también desde lejos pero con disparos muy desviados. En ocasiones, más cerca del área, no vieron la manera de romper la ordenada defensa visitante. En el m.32, un centro desde la derecha de Haro, aparentemente sin demasiado peligro, fue aprovechado por David Prats, único jugador visitante en el área, para marcar el primer gol. Para Seligrat, esa jugada, la del primer gol, no llega a ser ni oportunidad clara pero ha acabado en el interior de nuestra portería. Ese gol dio mucha confianza al equipo catalán que pasó a dominar el balón, con buenas combinaciones y pocas pérdidas mientras que los locales, pese a intentarlo, no encontraron la posición ideal para disparar a portería. Así y todo el portero visitante, Graviotto, quiso ser protagonista y en m.44 salvó un disparo a bocajarro de Kike Alcázar. El Hospitalet acertó y el Olímpic no.
Y así volvió a pasar en la segunda parte. En la primera jugada ofensiva, un contragolpe, acertó de nuevo Ángel Sánchez. Marcó el segundo de su equipo. Diez minutos después Graviotto volvió a sacar un remate de cabeza de Da Silva. Querer y no poder, No dejar de luchas, de intentarlo, pero hoy nuestras jugadas, salvo esos remates de Alcázar y Da Silva, ha sido cosquillas para un equipo que tampoco ha dejado nunca, por respeto al Olímpic, de correr y de intentar mover bien el balón.
El Olímpic lo intentó siempre, también con un juego demasiado directo, pero el Hospitalet no permitió que el Olímpic le sorprendiera ni en jugadas de estrategia ni en los rechaces. Se mantuvo fiel a su filosofía de juego, combinó siempre bien y pudo, ya casi en el último minuto, marcar el tercero por mediación de Corominas pero en esta ocasión apareció la mano providencial de Francis. El aficionado local reconoció la superioridad del rival y acabó, incluso aplaudiendo a los jugadores locales. La rueda de prensa, más tranquila de lo esperado. Primera vuelta acabada: hubiéramos firmado estos puntos, pero, como ha dicho Seligrat "sabor agridulce" porque cuando se pierde uno no puede estar contento y hoy, no lo estamos.
Primeros minutos igualados. Si bien el equipo catalán empezó a demostrar que podía mover bien el balón en la Murta, el Olímpic, con mucho esfuerzo y presión, mantuvo el mejor juego del rival. L’Hospitalet solo disparó a puerta en esta media hora desde lejos. El Olímpic lo intentó también desde lejos pero con disparos muy desviados. En ocasiones, más cerca del área, no vieron la manera de romper la ordenada defensa visitante. En el m.32, un centro desde la derecha de Haro, aparentemente sin demasiado peligro, fue aprovechado por David Prats, único jugador visitante en el área, para marcar el primer gol. Para Seligrat, esa jugada, la del primer gol, no llega a ser ni oportunidad clara pero ha acabado en el interior de nuestra portería. Ese gol dio mucha confianza al equipo catalán que pasó a dominar el balón, con buenas combinaciones y pocas pérdidas mientras que los locales, pese a intentarlo, no encontraron la posición ideal para disparar a portería. Así y todo el portero visitante, Graviotto, quiso ser protagonista y en m.44 salvó un disparo a bocajarro de Kike Alcázar. El Hospitalet acertó y el Olímpic no.
Y así volvió a pasar en la segunda parte. En la primera jugada ofensiva, un contragolpe, acertó de nuevo Ángel Sánchez. Marcó el segundo de su equipo. Diez minutos después Graviotto volvió a sacar un remate de cabeza de Da Silva. Querer y no poder, No dejar de luchas, de intentarlo, pero hoy nuestras jugadas, salvo esos remates de Alcázar y Da Silva, ha sido cosquillas para un equipo que tampoco ha dejado nunca, por respeto al Olímpic, de correr y de intentar mover bien el balón.
El Olímpic lo intentó siempre, también con un juego demasiado directo, pero el Hospitalet no permitió que el Olímpic le sorprendiera ni en jugadas de estrategia ni en los rechaces. Se mantuvo fiel a su filosofía de juego, combinó siempre bien y pudo, ya casi en el último minuto, marcar el tercero por mediación de Corominas pero en esta ocasión apareció la mano providencial de Francis. El aficionado local reconoció la superioridad del rival y acabó, incluso aplaudiendo a los jugadores locales. La rueda de prensa, más tranquila de lo esperado. Primera vuelta acabada: hubiéramos firmado estos puntos, pero, como ha dicho Seligrat "sabor agridulce" porque cuando se pierde uno no puede estar contento y hoy, no lo estamos.
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